¿Cómo funciona?
A través de una extracción de sangre, podemos extraer el plasma rico en crecimiento propio de cada paciente. Esto se consigue centrifugando la sangre en la máquina en un proceso muy sencillo, que no tarda más de veinte minutos en llevarse a cabo, y que deja en la superficie los componentes que ayudan en la reparación. Una vez los hemos extraído, podemos solidificarlos para después aplicarlas directamente sobre heridas dentales o bucales.
¿Qué efectos tiene?
La aplicación de estas células directamente sobre las heridas acelera la curación hasta la mitad de su tiempo normal estipulado, además de disminuir la inflamación y favorecer que se mantengan los tejidos después de una extracción; permitiéndonos colocar implantes dentales en tejidos perfectamente regenerados.
En esta infografía puedes ver de manera más sencilla cómo funciona el proceso. En este caso está aplicado a una rodilla, tratamiento que ha sido usado en lesiones de deportistas de élite, como Rafa Nadal.
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